La Estrategia Nacional de Desarrollo de República Dominicana enfatiza la necesidad de un país próspero que gestione sus recursos de manera sostenible y equilibrada. Para esto, es crítico el desarrollo rural, que actualmente se ve obstaculizado por la pobreza, caracterizada por bajos niveles de empleo, ingresos insuficientes y falta de servicios básicos como salud y educación.
Se ha producido una disminución significativa en la población rural desde 1960, cayendo a solo el 17.46% en 2020. Esto se debe a una inversión desigual, favoreciendo a las grandes ciudades en detrimento de las zonas rurales, lo que ha provocado una migración hacia áreas urbanas y la concentración de la pobreza en las ciudades.
Para alcanzar un desarrollo territorial inclusivo, se requiere aumentar el gasto social en educación, salud y servicios comunitarios en zonas rurales, y mejorar la infraestructura productiva. Apoyar la producción agropecuaria y promover actividades económicas no agrícolas son pasos clave para mejorar la vida rural.
Este artículo subraya que, para el progreso de las áreas rurales en República Dominicana, es fundamental una distribución más equitativa de los recursos y las inversiones, asegurando que el desarrollo del país sea inclusivo y sustentable para todos sus habitantes.